Hoy y en el futuro: En 1961, Eppendorf lanzó al mercado la primera pipeta de pistón y cambió para siempre la forma de trabajar en los laboratorios de todo el mundo. Hoy en día, los laboratorios se han digitalizado y las pipetas están conectadas.
La necesidad de diseños innovadores en los laboratorios es cada vez más importante, ya que se exige procesar mayores cargas de trabajo de forma más rápida y predecible. Esto se hace más evidente en el análisis de alto rendimiento, un elemento clave de la ciencia moderna relacionado con todos los sectores, desde el diagnóstico clínico hasta la investigación académica. Gracias a los constantes avances tecnológicos, es posible analizar cientos o incluso miles de muestras al día en cualquier laboratorio, lo que facilita la realización de experimentos a gran escala en ámbitos como el ensayo de compuestos y el cribado farmacológico. Además, el análisis de alto rendimiento se ha convertido en algo esencial para el diagnóstico clínico y el cribado poblacional. Hasta abril de 2021, solo en los Estados Unidos se han realizado cerca de 450 millones de pruebas de COVID-191. Al igual que sucede con otras aplicaciones de alto rendimiento, esto se traduce en miles de millones de pasos de pipeteo que deben realizarse con instrumentos manuales o sistemas de pipeteo automatizados.