A lo largo de los años 80 y 90, la investigación científica avanza a un ritmo cada vez mayor, lo cual plantea una nueva serie de exigencias para los científicos. Sin perder el impulso, Eppendorf sigue a la vanguardia de la innovación y logra vender su millonésima pipeta en 1981. Sin embargo, la reducción de los volúmenes de ensayo y el aumento del flujo de muestras son característicos de este período y hacen necesarios nuevos desarrollos en el campo de la manipulación de líquidos.
Como siempre, Eppendorf respondió rápidamente a este desafío, ampliando su cartera de productos para impulsar la dispensación rápida y precisa de reactivos y compuestos para ensayos, manteniendo la comodidad para el usuario a pesar de la mayor carga de trabajo. La exitosa Eppendorf Reference® 4910 salió al mercado en 1994 y redefinió los ya elevados estándares de Eppendorf. No solo se trataba de la primera pipeta completamente esterilizable en autoclave del mundo, sino que su diseño y concepto tecnológico exclusivos combinaron la precisión y exactitud con un bajo índice de errores y una alta durabilidad. Pero, ¿qué ocurre cuando la tecnología evoluciona y las pipetas monocanal ya no son la mejor herramienta para realizar el trabajo?
A principios de los años 50, una epidemia de gripe en Hungría provocó una escasez de tubos de ensayo, debido a lo cual los científicos se vieron impedidos para realizar titulaciones esenciales de virus y sueros esenciales. En respuesta el Dr. Gyula Takátsy, médico e inventor húngaro, mecanizó a mano 6 filas de 12 «pocillos» de plexiglás fabricando la primera placa de microtitulación y facilitando así la continuación de las pruebas de diagnóstico1. El Dr. Takátsy quiso patentar su diseño, pero las autoridades húngaras no reconocieron su importancia y rechazaron la solicitud. Por su parte, al otro lado del mundo, en Estados Unidos, John Liner había ideado una placa similar con 96 pocillos y la había fabricado con mucho más éxito2.
Curiosamente, el método Takátsy ganó popularidad internacional cuando las empresas del extranjero supieron de él a través de refugiados húngaros en 19563. Sin embargo, aunque las primeras microplacas moldeadas de 96 pocillos se comercializaron en los Estados Unidos en los años 50, no fue hasta 1966 cuando comenzó la producción en Europa. En los 90 había una amplia variedad de microplacas disponibles, las cuales se diferenciaban en el número de pocillos, la forma, el tamaño, el perfil, el material y la tecnología de filtrado2. Fue entonces cuando la capacidad de dispensar rápidamente los reactivos y compuestos de los ensayos utilizando pipetas monocanal se convirtió en el cuello de botella del procesamiento de muestras
Tras su lanzamiento en 1993, la Eppendorf Titerman 4908 ofreció la solución a los investigadores. Dada su capacidad de dispensar de forma sincrónica hasta 12 reactivos a la vez, la Eppendorf Titerman multicanal se convirtió en la pareja natural de la microplaca. Al reducir 96 pasos de pipeteo a solo 8, la pipeta multicanal tiene un impacto impresionante en el ahorro de tiempo y la productividad en el laboratorio, todo ello sin sacrificar la precisión.
El crecimiento de disciplinas como el descubrimiento de fármacos y el desarrollo de técnicas para pruebas serológicas, ensayos inmunológicos, cribado de alto rendimiento y PCR han hecho que el uso de microplacas se haya seguido expandiendo en las últimas décadas. Simultáneamente, Eppendorf ha respondido de manera consecuente para satisfacer las necesidades más recientes del personal de laboratorio. Las microplacas de 384 pocillos se utilizan de forma rutinaria en los laboratorios modernos y esto hace necesario el empleo de pipetas de mayor tamaño para optimizar el rendimiento. Las pipetas Eppendorf de 16 y 24 canales permiten a los usuarios procesar columnas o filas completas en un solo paso.
Si bien las pipetas multicanal proporcionaron la solución para la manipulación eficiente de líquidos al trabajar con microplacas, la necesidad de transferir las muestras entre diferentes formatos de recipientes con separaciones desiguales (por ejemplo, entre tubos y placas) continuó siendo un desafío. Aunque se podrían utilizar pipetas monocanal, en la práctica este proceso es ineficiente, tedioso y propenso a errores. ¿Ha cargado alguna vez una placa de 384 pocillos con una pipeta monocanal? El lanzamiento de la serie Move It® en 2020 aborda específicamente este problema, ya que permite al usuario ajustar fácilmente el espaciamiento de las puntas y, por tanto, acelerar y simplificar significativamente el flujo de trabajo cuando se requieren cambios frecuentes de formato.
Aunque las pipetas comenzaron siendo herramientas bastante sencillas, a medida que se expanden los métodos científicos va surgiendo la necesidad de diversificación y desarrollo. No importa a dónde nos lleve la evolución científica, Eppendorf ha demostrado siempre su capacidad de adaptarse a los tiempos para proporcionar soluciones sencillas pero fiables a problemas complejos en la manipulación de líquidos. Como dijo Albert Einstein, «la medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar».
Referencias
1. The History Of The Microplate | Microtitrator | Dr. Gyula Takatsy. www.wellplate.com/the-history-of-the-microplate/.
2. History of Microplates – The Plastics Historical Society. plastiquarian.com.
3. E. Farkas. This weeks citation classic 10 garfield.library.upenn.edu/classics1992/A1992JC14700001.pdf (1992).